Al frente de unos muros elevados
y entre un diluvio de encendidas balas,
un príncipe gritaba a sus soldados:
¡Al asalto!, !A la brecha!,¡A las escalas!
Al tiempo de embestir sereis iguales,
mas después lo que ganen vuestros pasos;
los que suban primero generales
los que suban detrás soldados rasos.
Ganosos de su prez los mas ligeros
en romper la tremenda batahola,
los muros escalaron los primeros
quedándose infinitos a la cola.
Se quedaron no pocos generales
en lucir las insignias sólo duchos,
los flojos, los cobardes, fanfarrones,
los pánfilos, los necios y otros muchos.
Y con esto los trueques mas cabales
viéronse a la sazón en los guerreros:
Soldados con bastón de generales
generales con ollas de rancheros.
jueves, 19 de abril de 2007
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